Una pareja que tiene dos niños, uno a punto de cumplir 12 y un bebé a punto de los 7 meses, con sus trabajos y sus actividades mil de cada día...en ocasiones tanta vida social y agenda a full de los pequeños te hacen dejar tu vida de pareja de lado y eso no puedes permitirlo.
Bajo estas circunstancias, mí príncipe y yo decidimos darnos un día, como obligación, para nosotros: ir al cine, a cenar...salir, estar juntos, recuperar algo de intimidad y cercanía.
Ayer fue nuestra primera noche de esas: salimos a cenar a mi restaurante favorito, un chino, bebimos dos botellas de vino tinto y decidimos ir a tomar una copita. La noche estuvo genial, nos reímos, bailamos, hablamos, nos olvidamos de los problemas, de los niños, de las familias....no se nos hizo tarde, a la 1 de la madrugada estábamos en casa, una hora muy prudente pero...ay la edad!; a mí tanto alcohol me sentó como un tiro y en lugar de acabar la noche rodeándole con mis brazos y haciéndole mío, terminé agarrada al Sr. Roca durante 1 hora!...lo peor fue que al salir, mí príncipe, más allá de estar preocupado, estaba durmiendo como un bebé.
Que sacamos en claro de experiencias y decisiones como estas?; son de obligado cumplimiento, es decir, hay que plantearse y tener tiempo para la pareja, más allá del día a día en familia; pero, era necesario tanto vino? jajjaja; ya no estoy para eso, un espidifén esta mañana, ha sido mi desayuno.
Repetiría?; obvio, repetiré, saldré a cenar con mi amor o al cine o simplemente a dar una vuelta, una vez por semana, le echaba de menos, echaba de menos tenerle para mí, verle, mirarle, sin distracciones, escucharle sin ruidos que me estorbaran...me encantó pillar el pedillo, incluso me encantó acabar agarrada al Sr. Roca, mereció la pena. Cuanto le quiero.
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Gracias! siempre es agradable que el que pase por aquí se deje oír...(leer en este caso ;))